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Núcleo Escultura y Contemporaneidad, Ponencia “Escultura y contingencia”, Departamentos de Artes Visuales y de Teoría del Arte

NÚCLEO ESCULTURA Y CONTEMPORÁNEIDAD Departamentos de Artes Visuales y de Teoría del Arte

ESCULTURA Y CONTINGENCIA. Luis Montes, Verónica Figueroa y Magdalena Guajardo

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Luis Montes:

Muchas gracias, voy a solicitar apoyo visual porque algo pasó con el data. Muy buenas tardes. Primero agradecer la invitación a este Primer Encuentro de Creación e Investigación y cruces disciplinarios. Me parece que una instancia de conocimiento de

la producción académica de nuestra Facultad era completamente indispensable. Me parece que el reconocimiento del trabajo que se realiza en cada una de las unidades entendiendo nuestra compleja configuración no solamente territorial sino también disciplinar hace necesario este tipo de trabajo que permita visibilizar aquello que se produce más allá

de las fronteras incluso de nuestra propia sede. En este caso el proyecto del Núcleo de investigación de Escultura y Contemporaneidad se articula entre dos Departamentos: el Departamento de Teoría de las Artes y el Departamento de Artes Visuales, y por lo tanto la integración ha sido compartida tanto por académicos como egresadas de esos departamentos. Sergio Rojas como académico del Departamento de Teoría, Mauricio Bravo Carreño como académico del TAV, Claudia Páez que participó en los dos primeros proyectos importantes que tuvimos, que es egresada del Departamento de Teoría de las Artes, Verónica Figueroa quien me acompaña a mi derecha y Magdalena Guajardo también egresada del Departamento de Teoría y que también comparte la mesa y yo que trabajo como coordinador del núcleo.

Bueno, partir comentándoles que este Núcleo se forma a partir del año 2014, a partir de un proyecto en particular que es el proyecto Escultura y Contemporaneidad en Chile que termina en la publicación del libro que tiene como subtítulo “Tradición, paisaje y desborde desde el año 85 hasta el 2000”. Este núcleo ha trabajado fundamentalmente proyectos de investigación y así se denomina, un núcleo de investigación, pero donde se han realizado proyectos que no solamente están vinculados a la producción reflexiva y textual sino también a proyectos de carácter curatorial y de creación artística. El primer proyecto adjudicado fue este Fondart de investigación

del año 2014 que se desarrolla durante el 2015 y se publica el año 2016, junto con el segundo proyecto importante que es el Coloquio Internacional de Escultura y Contemporaneidad. Esto fue a través del concurso Seminario de la iniciativa Bicentenario Juan Gómez Millas y que nos permitió traer a una serie de profesores extranjeros y también del medio local que participamos de cinco largas jornadas de trabajo y conversación en el museo, en la sede Las Encinas y, me parece, también en algunos otros lugares porque también incluimos workshops para los estudiantes de pregrado y de posgrado. El tercer proyecto “La densidad política del monumento general Schneider y a Salvador Allende” es un estudio que después ahondaremos más, que tiene que ver con una investigación sobre las bases de concurso de los monumentos que estudiamos. Cómo las bases de esos concursos permiten entender su contextualización y por lo tanto la lectura posterior de la misma obra y que está pronto a publicarse por las ediciones del Departamento de Artes Visuales, esperamos que, durante noviembre, a finales de año, casi diciembre, podamos tener el libro ya en circulación. Y en este momento nos encontramos trabajando también “Escultura y contingencia: producción estética entre el año 59 y el 73“, que Magdalena después referirá, que fue financiado a través del Fondart de investigación del año 2018, ejecutándose este y que estaremos publicando probablemente en el primer semestre del próximo año. Al mismo tiempo comentar que estos proyectos han permitido generar también líneas curatoriales o que han devenido de líneas curatoriales que se han ido trabajando en paralelo. Cuando hablamos del monumento al General Schneider y al monumento al presidente Salvador Allende estábamos pensando también en un proyecto curatorial que se iba a materializar en Matucana 100 en un momento determinado, finalmente aun no encuentra lugar para su realización, pero ese proyecto incluía esta investigación como una parte central de la curatoría. Finalmente, llevamos a cabo el proyecto de investigación y la curatoría todavía está en una fase, digamos, de latencia. Asimismo, los proyectos de creación que nos hemos adjudicado dentro del departamento, en mi caso “Santa Lucía”, “La casa en ruinas” y “Mesa de centro”, son proyectos que se han exhibido en MAC, y ahora los dos últimos “La casa en ruinas” y “Mesa de centro” pasan a formar parte de un proyecto curatorial que se exhibirá a partir de octubre en el Museo Nacional de Bellas Artes. Mauricio Bravo con “Archivos para pensar nuestra derrota” y este proyecto curatorial que fue financiado a través de las propuestas curatoriales del Foro de las Artes del año 2018. Este primer proyecto es un proyecto de curatoría dirigido por Mauricio Bravo que se muestra en el Centro de Extensión de la católica a finales del 2017 y principios del 2018 y que considera gran parte de los artistas que se pueden articular sobre una o a partir de una noción de escultura contemporánea.

También fue acompañado de una serie de charlas y mesas de conversación donde los miembros del núcleo y adyacentes pudimos reflexionar acerca de las líneas curatoriales que habían sido propuestas por Bravo. El siguiente, que ya había sido nombrado, “Economías barrocas y pragmática popular”, Mauricio Bravo es el curador de la obra de Mauricio Tejo, no me acuerdo el nombre y Rodrigo Herrera. Los dos en la Galería Metropolitana y ahora recientemente en la revista Foro 33 aparece un artículo redactado por Mauricio acerca de esta curatoría. Está el proyecto “Contra la razón”, donde yo soy el artista expositor y Mauricio Bravo como curador, que se presenta en Sala Matta en el Museo Nacional de Bellas Artes a partir de octubre de 2019 y donde también se incluirá una mesa de conversación en vinculación con el Foro de las Artes. Y este proyecto es el proyecto curatorial que está agendado para el próximo año, para octubre del 2020 en el MAC de Parque Forestal donde, a partir de la noción de ornamento, se estructura una reflexión sobre la idea del caballo de Troya, de este regalo envenenado que sería la obra de arte, que a través de una especie de pequeño ornamento o de, digámoslo así, engaño visual, permite incorporar un tema de alta reflexión crítica. Y tenemos entre los artistas convocados a Cristina Lucas, Fernanda Sánchez Castillo, Rogelio López Cuenca, que son artistas españoles, y a Pablo Rivera, Mario Irarrázabal, Víctor Hugo Bravo, Daniel Cruz, Nicolás Miranda, Sebastián Calfuqueo. En ese sentido, también una muestra que se vincula desde la noción de escultura y que integra tanto a artistas consagrados por el medio, también académicos de la universidad y egresados de nuestra propia carrera.

Ahora vamos a tocar, de forma muy superficial, tres proyectos. El primero “Escultura y contemporaneidad en Chile: genealogía de una transformación” que fue el proyecto beneficiado por el Fondart 2014. En este proyecto partimos haciéndonos una pregunta sobre la noción de contemporaneidad en la escultura. Cómo emergía esa idea de lo contemporáneo tanto en el arte en general como en la escultura en particular, entendiendo que las transformaciones que habían acontecido en un momento determinado, específicamente en la década de los 90, podían permitirnos entender un problema que había acontecido. En ese sentido Mauricio Bravo hacía una reflexión que me parecía atingente, entendiendo que

la escultura en una transformación del mundo de las cosas, digámoslo así, de los objetos, en un momento donde Chile se empieza a poblar de objetos

para comercializar, cuando tu podías por primera vez irte a Falabella y encontrar que ahí había 400 marcas de licuadoras y de aspiradoras que parecían que contenían más potencial escultórico que las propias esculturas que se estaban realizando. Esa reflexión sobre esa mirada sobre el mundo de las cosas y la transformación de Chile, de ese Chile que parecía que explotaba a partir del consumismo y del modelo neoliberal finalmente instalado, permitía poner a la escultura en un lugar interesante de reflexión respecto de ese acontecer. En ese sentido, es que decidimos proponer este núcleo como un lugar donde se pusiera en ejercicio una visión intersectada del problema. O sea, no solamente una

reflexión desde el aspecto teórico, asentado en una práctica disciplinar que podría ser la estética o la historia del arte, sino más bien complejizándose en relación con el pensamiento artístico, o sea, dos escultores, Mauricio Bravo y yo, junto con Sergio Rojas que provenía del área de la teoría, pensando el problema para que pudiese emerger otra cosa,

pensamiento artístico. Y en ese sentido, la referencia a artistas fue totalmente un pilar. Todo se articula a partir de referencias que tienen que ver con algo que para nosotros es muy importante, y hace relación con el relato. Por la manera en que ellos mismos relataban ese acontecer nos encontramos con historias muy impactantes, especialmente de la Escuela de los años 80 donde uno tenía la idea de un espacio lúgubre y muy constreñido por la represión que evidentemente acontecía en esos tiempos, pero finalmente el relato de la gente que estaba ahí te decía totalmente lo contrario. A pesar de la existencia de represión (nos contaron, por ejemplo, de un examen de grado que se toma con fusil en mano), finalmente lo que acontecía adentro de los talleres era totalmente distinto. Y por lo tanto desde ahí emerge una figura que para nosotros era fundamental que fue la idea de un nuevo maestro. O sea, el antiguo maestro, el que te abría el mundo, el profesor de la academia que te daba la cátedra y que te permitía acceder a esa misma carrera que él desarrollaba para terminar coronándose con el premio nacional hoy no tenía nada que ofrecerte. O sea, a partir de los años 80 ya no había mundo que

ofrecer y por lo tanto el maestro dejaba de ser ese maestro fuerte que te entregaba su propio mundo si no para configurarse como un maestro que era más bien acogedor y que terminaba estableciendo relaciones de carácter absolutamente transformadoras y que de alguna manera se viene a materializar en la manera en que hoy seguimos ejerciendo la do-

cencia en la universidad. Obras como las de Pablo Rivera, Cristián Salinero, Marcela Correa, Sergio Cerón y, bueno, la referencia a la misma Elisa Aguirre que fue la del relato de este examen de grado que fue tomado con la metralleta mientras iba a la oficina del decano. Y también del origen de las escuelas, la transformación del mundo institucional en ese momento, ya no era solamente la Universidad

de Chile, había aparecido con fuerza no solamente la Universidad Católica, que ya había funcionado como Escuela por muchos años, sino también la universidad ARCIS. Este proyecto que se materializa en los libros, finalmente, da origen a dos cosas: primero a una pregunta sobre el hacer, aquí es donde hacemos el vínculo con la idea de la materialidad en esta mesa, y es donde le preguntábamos a los artistas: ¿qué sentían ustedes, cuando estaban produciendo esto? Podían ocupar nuevos materiales, y ocupaban plástico, a veces materiales de desecho. Sentían verdaderamente que estaban inaugurando algo. Parece que todo esto que estaba pasando en los años 80 era completamente inaugural. Nosotros sabíamos que en los años 60 algo había pasado. Ahí surge una pregunta ¿cómo se había producido una desconexión tan relevante para la producción artística al interior de la universidad hasta el año 73 y aquello que nos estábamos preguntando el año 85? Y eso da origen al proyecto “Escultura y contingencia” que posteriormente comentará Verónica y Magdalena. Y lo segundo que nos permitió generar este proyecto, que es el Coloquio Internacional de Escultura y Contemporaneidad, donde pudimos invitar a Fernando Castro Flores y Miguel Cereceda, profesores de la Universidad Autónoma, Rocío Garriga, hoy día profesora de la Universidad Politécnica de Valencia, que también es escultora y doctora en Bellas Artes, Paula Sibilia, argentina residente en Brasil, investigadora, y Lukas Kühne, que es escultor, más bien escultor, arquitecto y artista sonoro, un artista de carácter interdisciplinar, además de todos quienes desde el medio local participaron en esto haciendo verdaderamente un encuentro interesante para comprender la posición de la escultura en el campo del arte contemporáneo, y las reflexiones

que evidentemente se disparaban hacia fuera de la

disciplina. Yo dejo con ustedes a Verónica, que va a comentar el proyecto siguiente.

Verónica Figueroa:

Buenas tardes, voy a comentar sobre este proyecto, “La densidad política en el monumento al monumento general Schneider y al monumento Salvador Allende”. Como fue dicho anteriormente por Luis, este proyecto nace a partir de un proyecto curatorial que estaba programado para ser expuesto en Matucana 100 y, esta pregunta llevó a hacerse otra pregunta sobre la necesidad de una investigación. Bueno, la descripción de este proyecto es que busca poner de manifiesto la relación entre las condiciones políticas y la producción escultórica materializada en dos monumentos de relevancia ubicados en Santiago, cuya situación histórico temporal permitía entender las vinculaciones entre voluntades políticas y la producción escultórica monumental, inherentemente relacionada con la administración del poder y del espacio público. A partir de esta búsqueda es que como núcleo comenzamos a partir de la reflexión en torno a estas dos obras, comprendiendo que la mejor forma de proceder era a partir de un estudio documental y archivístico que nos diera luces del contexto histórico que atravesaba cada monumento al momento de su producción. Este estudio documental, que fue un trabajo de revisión de prensa, bases de concursos principalmente, cartas y también entrevistas, se realizaba simultáneamente con las reuniones del núcleo y que con la aparición de estos nuevos antecedentes progresivamente incrementaba la profundidad de los argumentos. Especialmente cuando finalmente aparecieron las bases del concurso al monumento Schneider, que prácticamente resolvió la gran pregunta que nos hicimos en torno a este monumento. Uno de los puntos que más atrajo nuestra atención como núcleo fue que en ambos casos, aun con escenarios temporales completamente diferentes, tenían una misma problemática, que era el emplazamiento. Por un lado, mientras que el monumento al General Schneider tuvo variadas propuestas en distintos lugares, una de ellas incluso ligada con el conjunto habitacional de la villa San Luis, el monumento a Salvador Allende se encontraba en una disputa por cuanto a su ubicación dentro de la misma Plaza de la Constitución. (Ahí está la imagen del concurso al monumento Salvador Allende y la obra final). Todo eso va a ser profundizado al momento del lanzamiento de esta publicación, pero quisiera hacer hincapié en la relevancia que tiene realizar este tipo de investigaciones que se valgan tanto de la documentación como de la reflexión. Son los archivos los que nos entregan los hechos, el acontecer, pero es el pensamiento que genera lo que entrega un orden de sentido y que es el real valor de estos proyectos. Considero que dentro de esta investigación se logró el objetivo, incluso a modo personal superó mis expectativas, ya que en verdad yo pensaba que iba a ser un estudio de archivo, pero lo que nos encontramos fue realmente muy sorprendente, especialmente en el caso de Schneider, y creo que es un punto de partida para nuevas valoraciones en torno a estos monumentos.

Luis Montes:

Gracias Verónica. Complementar simplemente viendo justamente a este tema: la localización como un eje interpretativo de la obra, donde hoy acercarse al monumento Schneider no tenemos las claves que nos permitan entender no solamente el sentido propio de la obra si no el sentido de la relación que exhibía esta con respecto del espacio público. Hoy día, finalmente, cuando se habla de las ruinas de la Villa

San Luis yo podría decir que este momento está en un estado de ruina significativa. Y me parece que no hay ninguna clave para poder comprender aquello que se intentó materializar, que fue un monumento hacia la democracia y su intangibilidad. Es divertido, porque en el último artículo que también sale publicado en la revista, se confrontan dos documentos: el primer documento es el del concurso, donde aparece esta frase sobre la democracia y la defensa férrea del compromiso a su defensa, y esa frase, fue exactamente replicada en el documento que emana de un jefe militar después del Golpe, el año 74, cuando terminaba por ser inaugurado. Quiere decir que, verdaderamente, ya desde su inauguración, el monumento ya no consta digamos férrea defensa que pretendía ser de la democracia, ya había fracasado. Respecto al monumento Salvador Allende, ya sabemos que fue parte de una negociación, una negociación acontecida en democracia, donde se producen equilibrios políticos y se permite la construcción del monumento al presidente Allende, una vez que se acepta la construcción del monumento al senador Jaime Guzmán. Y, detalles muy particulares como, por ejemplo, el permiso para poder construir este monumento en ese lugar se consigue una vez que se logra comprender o articular una necesidad técnica respecto de la ubicación. Ese monumento hasta el día de hoy también una suerte de chimenea de ventilación del subterráneo y ustedes lo podrán ver cuando se acerquen al monumento y vean que las placas están desplazadas, y las placas conmemorativas están desplazadas porque el interior del pedestal es totalmente hueco y permite la ventilación de los subterráneos de La Moneda. No quiere decir que efectivamente las localizaciones muy peleadas no pudieron en ningún momento, y esto sí lo tomamos la investigación, no permitieron mover el monumento a Diego Portales, que evidentemente configura un eje significativo importante para otro grupo político. Dejo con ustedes a Magdalena.

Magdalena Guajardo:

Les voy a contar acerca del proyecto en el que estamos trabajando actualmente, que se llama “Escultura y contingencia: producciones críticas entre los años 1959 hasta el 73”. Es una investigación sobre los procesos de producción de escultura en Chile. La periodización de esta investigación comienza con la fundación de la Escuela de Artes de la Universidad Católica y, bueno, termina con el Golpe de Estado de 1973. La fundación de la Escuela de la católica es importante debido al ingreso de profesores extranjeros que empiezan a educar a estos nuevos escultores con visiones distintas a la escultura tradicional que se venía llevando a cabo hasta esa época. Actualmente, porque estamos trabajando en esa

investigación ahora, estamos haciendo un proceso

de documentación, de recolección de archivo, hemos tenido entrevistas con los principales actores de la época: Valentina Cruz, de la UC, Víctor Hugo Núñez, Langlois, Brugnoli, entre otros. Gracias a esta recolección de archivo, que ha sido muy importante, tanto para esta investigación como para las investigaciones anteriores, hemos podido encontrar que hay hitos importantes que han marcado como eje central que han llevado a esta investigación por ciertos caminos. Y, parte de estos hitos, son tres los que les voy a mostrar ahora pero realmente podrían ser muchos más, que son: la obra de Félix Maluenda, “Peligro”, de 1969 y “Espacios escultóricos” de Víctor Hugo Núñez, del mismo año, ambas obras dan luces de estas experiencias, de las exigencias políticas sociales, los nuevos medios de representación y las materialidades con las que se estaba trabajando en la época. Y, por otra parte, también, que es muy importante, de hecho, ha llevado el tema central de esta investigación desde sus inicios, ha sido la exposición La imagen del hombre curada por Rojas Mix, que juega un papel importante por la voluntad de hacer escena con un sustento teórico bajo el alero del Instituto de Arte Chileno Latinoamericano de la Universidad de Chile, que dan cuenta de los procesos de cambio que se han ido viviendo. La importancia de las obras, por ejemplo “Peligro” de Félix Maluenda (ahí está parte del catálogo), él instala los fuselajes de avión en el hall central, lo llamó como experiencia escultórica, en el hall central de la Escuela de Bellas Artes, el actual MAC. Junto a esta

exposición había bailarines, personas del teatro, se proyectaban imágenes audiovisuales, diapositi-

vas, música y sonido. Y por otra parte también, que hacía esta unión, era la exposición de Víctor Hugo Núñez, donde él expone por primera vez en la galería universitaria de la Universidad de Chile, en la Casa Central, donde él rompe el muro también y ubica diferentes materialidades, por ejemplo, él contaba mucho que se había inspirado en las iglesias, en la misa, y que por eso él, finalmente, había notado que en la misa todo era escultura. Desde el que cantaba, la muralla, las vigas, todo lo que ahí acontecía podía ser escultura. Entonces él rompe el muro, que eso es de las cosas más relevantes de su obra a mi modo de ver, y hace hablar a esta Alameda con la Casa Central de la Universidad de Chile.

Luis Montes:

La verdad es que el título yo creo que hace un guiño bien importante a la manera en que se van configurando ciertos conceptos. No existía para ellos la palabra instalación. Y como no existía ese término, Víctor Hugo Núñez de alguna manera configura esta idea de los espacios escultóricos. Y me parece que

en ambos casos la desarticulación de la idea de una

escultura atada a un pedestal se configura interdisciplinarmente cuando el sonido, cuando la presencia de coros y de ballet permiten pensar la escultura ya no solamente como aquel objeto material que se emplaza cerrado en sí mismo y por lo tanto

obedeciendo normas modernistas, por llamarlo de alguna forma. Y el gran acontecimiento para nosotros, el gran descubrimiento, fue esta idea de la ruptura del muro de la Casa Central. O sea, lo que hace Víctor Hugo Núñez es que un día en la noche, mientras estaba montando, le hace un hoyo literalmente a la Casa Central y marca una línea con pintura negra que une una vereda con la otra, la vereda norte con la vereda sur de la Alameda, para terminar, repartiéndonos panfletos denunciando una protesta que estaba sucediendo con trabajadores en el norte, si no me equivoco. Y claro, la idea de La imagen del hombre, esta exposición que plantea Miguel Rojas Mix a partir del Instituto de Arte Latinoamericano finalmente viene a configurar esta noción de escena donde parece ser que la escultura, donde los estudiantes habían exigido a sus profesores una manera nueva de enseñar, una manera que se condijese con la situación política que se vivía en esos años y, por lo tanto, una transformación de la estructura misma de universidad. Y por eso llamamos a este proyecto “Escultura y contingencia” porque no solamente el

contexto como una especie de atribución a esa relación entre objeto y mundo, sino más bien como la dimensión política finalmente termina por ingre-

sar a la obra. La utilización de materiales precarios y de la noción de escena fundamentalmente son lógicas de producción que de alguna forma destituyen esta idea de la escultura centrada en el bloque cerrado, tradicional que conocemos. En ese sentido viene a responder esa primera pregunta, la pregunta inicial, de esa investigación que se situaba en los años 80. La desconexión había sido efectuada por una voluntad de carácter político y el soterramiento de ciertas producciones queda así hasta el día de hoy. Todavía no han emergido todo aquello que se produjo en esos años y solo tenemos algunos destellos de lo que se realizó a finales de los años 60 y a principios de los años 70. Bueno, nosotros dejamos hasta ahí, me parece que pudimos habernos pasado un par de minutos en el tiempo, bueno, agradecemos esta oportunidad de presentar el trabajo del núcleo. Muchas gracias.

Constanza Acuña:

La modalidad es la presentación primero de cada núcleo y luego haremos una discusión conjunta. Así que quédense por favor, no se vayan. Yo los presento mientras se acomodan. Bueno, seguimos con nuestra presentación de hoy día en la tarde y ahora vamos a escuchar al Núcleo de Arte, Política y Comunidad que vienen del departamento de Teatro y también de Música, entiendo, por Rodrigo Torres, son de ambos departamentos. Bueno, acá están todos los integrantes, los voy a mencionar. Entonces, Núcleo Arte, Política y Comunidad, 1000 y 1 días de(des)tejido colectivo, está la profesora Ana Harcha, Rodrigo Torres, académico de música, Alice Abed, Magíster en artes con mención en dirección teatral, recientemente egresada dice aquí, Jorge Ganem, percusionista en el Departamento de Danza, Ana Allende, profesora de filosofía y bailarina, Camil Barral, ilustradora, Rosa Amelia González, tejedora y Marcelo Troncoso, músico que trabaja fuera de la Facultad. Algunos breves antecedentes curriculares del núcleo, práctica y proceso de investigación ha contado con el VID, Creart, Crea y Fondart, y ha sido desarrollado en diversos contextos en su devenir, esto significa espacios académicos, tanto dentro como fuera de Chile: México, España, Colombia, Costa Rica, así como otras instituciones, tanto ligadas a educación, como colegios, al desarrollo de prácticas artísticas, por ejemplo, en Nave, proyecto que trabaja directamente sobre una pregunta por

las posibilidades de una práctica de colectividad,

co-laboralidad y comunidad en el espacio público, teniendo desde sus inicios como gran eje de acción la Plaza de Armas de Santiago. Bueno, entonces los dejo ahora con Ana Harcha y Rodrigo Torres, muchas gracias por estar aquí.