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¿Qué es el diagnóstico molecular?

Por Javier Granda Revilla

El diagnóstico molecular en cáncer consiste en estudiar el genoma de las células tumorales e identificar biomarcadores, como pueden ser mutaciones u otro tipo de alteraciones, sobre los que se pueda aplicar tratamientos dirigidos.

“Un tumor se produce siempre porque alguna de las células de nuestro organismo deja de trabajar en equipo —como lo hacen todas habitualmente— e inicia un crecimiento descontrolado. En ese momento, aparece el tumor. Y las células tumorales, que han adquirido todas estas mutaciones, son las responsables de los procesos de metástasis. Estas mutaciones les dan ventajas de crecimiento respecto al resto de las células”, detalla Ana Vivancos, investigadora principal del Laboratorio de Genómica del Cáncer del Instituto de Oncología Vall d’Hebron (VHIO) de Barcelona.

Uno de los grandes avances en medicina en los últimos años es que algunas de estas mutaciones pueden tratarse de manera específica. Como explica la experta, “disponemos de inhibidores específicos de formas mutadas de algunas proteínas. Estas mutaciones son las que detectamos en la medicina personalizada: si detectamos mutaciones, trataremos con un inhibidor, mientras que su ausencia nos permite tratar a los pacientes con determinados fármacos”.

En la actualidad, este abordaje se está utilizando en tumores de mama, pulmón, colon, sarcomas, tumores gastrointestinales y melanoma, entre otros. Y se investiga en ensayos clínicos la práctica totalidad de tumores sólidos que tengan determinadas mutaciones. Fuera del cáncer, se ha demostrado que puede ser útil en algunas enfermedades poco frecuentes.

Nueva técnica en sangre

“Los estudios moleculares pueden hacerse sobre muestras de tumores, como se hacía de manera tradicional. En los últimos cinco años, hemos empezado a utilizar la biopsia líquida para obtener información molecular del paciente, que consiste en analizar una muestra de sangre del paciente en lugar de la muestra de tejido”, precisa Vivancos.

¿Por qué la sangre sirve para medir la actividad del cáncer?

El motivo es que el tumor vierte al torrente sanguíneo una cantidad (normalmente pequeña) de ácidos nucleicos. Y así aparecen copias del genoma del tumor en la sangre. Por eso, si se analiza la muestra de sangre del paciente, puede detectarse la presencia de mutaciones u otras alteraciones.

“La biopsia líquida ofrece la ventaja de que no es necesario realizar una biopsia en el paciente. Debe recordarse que, al final, una biopsia es una operación. Y eso tiene sus riesgos, conlleva muchas molestias y es costoso para el sistema de salud, mientras que obtener una gota de sangre es un proceso prácticamente indoloro que puede realizarse con frecuencia. Esto, además, permite monitorizar a los pacientes y controlar su evolución, porque sabemos que la cantidad de moléculas derivadas del tumor que se detectan en sangre nos informa de cómo está respondiendo el paciente a los tratamientos. También permite saber si el tumor está adquiriendo resistencias y da pistas del siguiente tratamiento a utilizar. Por otro lado, cuando se opera a los pacientes, la biopsia líquida informa si queda alguna enfermedad residual. En resumen, proporciona mucha información adicional a la alteración molecular en sí: podemos determinar el conocimiento biológico del tumor”, añade.

La biopsia líquida ofrece la ventaja de que no es necesario realizar una biopsia en el paciente

Un hecho que destaca es que, gracias a la biopsia líquida, se están desarrollando una serie de ensayos clínicos que intentan explotar sus ventajas para poder así potenciar o disminuir los tratamientos. “En estos ensayos, se opera al paciente del tumor y, gracias a esta técnica, se hace un seguimiento para comprobar si quedan o no moléculas de ADN tumoral en su sangre. Si no hay, el tratamiento es más corto. Si las hay, el tratamiento es más largo y se pueden añadir otros fármacos. Este enfoque es muy importante porque nos va a permitir adecuar mejor los tratamientos: si con la cirugía se cura al paciente, no es necesario añadir tratamientos agresivos. Por el contrario, si después de la operación queda ADN circulante, se debe ser más agresivo hasta que no quede nada”, pormenoriza.

Las agencias regulatorias de Europa y Estados Unidos ya han autorizado el uso de la biopsia líquida en cánceres pulmonares. Como apunta Vivancos, “en este tipo de tumores suele ser difícil obtener una muestra para biopsia”. También, en el Hospital Vall d’Hebron se utiliza con frecuencia para pacientes a los que no se puede tomar una biopsia o que tienen contraindicada esta técnica y en cualquier otro tipo de tumor que pueda proporcionar biomarcadores con posible utilidad clínica.

Diferentes opciones

Además de la biopsia líquida, otras técnicas de diagnóstico molecular se han mostrado útiles, como las basadas en PCR digital y PCR a tiempo real, que permiten revisar con detalle un pequeño grupo de mutaciones. También es muy útil la secuenciación masiva, que permite identificar muchas alteraciones en paralelo. Pero, a pesar de todas estas técnicas, Vivancos recalca que el estudio anatomopatológico ‘tradicional’ de los tumores siempre debe realizarse para afinar el diagnóstico. “Sin embargo, en algunos tipos tumorales —como el de pulmón— se comienza por la biopsia líquida si no hay suficiente material del tumor”, precisa. Otra de las tendencias más novedosas en oncología es utilizar la inmunoterapia. Es decir, potenciar las defensas del paciente para que sea su propio sistema inmunitario el que combata los tumores. ¿Es útil el diagnóstico molecular para evaluar la eficacia de este abordaje? De momento, se aplica a todos los pacientes en determinados escenarios y se dispone de muy pocos biomarcadores que, como subraya, “vamos a necesitar pronto, cuando dispongamos de muchos fármacos de este tipo. De momento, no tenemos mucha capacidad para predecir la respuesta por biomarcadores, ni en tejido ni en biopsia líquida”. Sí se sabe que, en determinadas mutaciones en algunos tumores, hay señales de una mejor o peor respuesta a la inmunoterapia, pero debe seguirse investigando en este ámbito.

Por último, destaca que la biopsia líquida también podrá utilizarse en otros fluidos corporales, como la leche materna, la saliva o la orina para determinar tumores genitourinarios. “También creo que empezaremos a identificar nuevos marcadores de inmunoterapia”, reitera.