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Profesionales de la enfermería: el ejército blanco del cuidado

Por Jorge Álvarez Bernabé

Los profesionales de la enfermería son la primera línea de atención con el paciente. Para muchos de ellos, como los oncológicos, su labor hace que se conviertan en su principal vía para resolver dudas y en un gran apoyo para desahogarse y compartir miedos e inseguridades. Julio de la Torre cuenta su experiencia y los desafíos a los que se enfrenta la profesión a la que está dedicando su vida.

Son la primera línea de atención con el paciente, un ejército blanco que trabaja día y noche por su bienestar. Representan la humanidad, la cercanía y la confianza porque se hacen entender y, con las armas de la paciencia y la vocación, escuchan y cuidan a los pacientes y sus familiares que, en muchas ocasiones, se encuentran en situaciones de estrés, inseguridad y miedo. Son los profesionales de la enfermería; un sector que tiende a infravalorarse, pero que constituye uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta la atención sanitaria y cuyo papel, en enfermedades como el cáncer, va más allá de la atención puramente clínica, ya que aspectos como el apoyo psicológico o emocional de los pacientes y de su entorno se convierten en tareas habituales.

Julio de la Torre es enfermero, coordinador de Investigación de la Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia (EUEF) San Juan de Dios, Universidad Pontificia Comillas, y director y editor jefe de la revista oficial de la Sociedad Española de Enfermería Oncológica (SEEO). Llegó a esta profesión de forma natural. En los años 90, cuando comenzó a estudiar psicología, trabajó como voluntario en una ONG donde tuvo la oportunidad de ver de cerca cómo enfermeras voluntarias trabajaban con toxicómanos. Fue entonces cuando, guiado por la admiración del trabajo que desempeñaban, se cambió de facultad y comenzó a estudiar enfermería. “Creo firmemente que acerté”, asegura. “Poco después, la oncología llamó a mi puerta y, desde entonces, junto con la cooperación y mi pasión por África, donde también encontramos pacientes con cáncer pero sin recursos para acceder a tratamientos, no soy capaz de imaginar un destino mejor”. Julio añade que ha vivido varias historias de familiares con cáncer que también marcaron su camino hacia esta profesión, más concretamente hacia la enfermería oncológica.

LAS EMOCIONES

La incertidumbre ante una cirugía, el desconocimiento de los efectos secundarios de la quimioterapia y el miedo a la muerte o al sufrimiento son solo algunos de los sentimientos a los que se enfrenta un paciente con cáncer en el momento de su diagnóstico. Además, muchos de ellos pasan largas horas en las salas de quimioterapia y encuentran en estos profesionales un gran punto de apoyo y de información clara y sencilla sobre la evolución de su enfermedad. “El acompañamiento y el cuidado empiezan con las emociones y deben mantenerse durante todo el proceso de la enfermedad, trabajando la empatía y el control de las emociones, lo que no significa su represión, sino saber afrontarlas de manera correcta”, explica este experto. “Para ello, -añade- debemos tener inteligencia emocional, algo que no se aprende en las aulas, pero que ha de llevarse a cabo a pie de cama”. Además, Julio destaca que la versatilidad es un aspecto que define su profesión porque tiene que adaptarse a pacientes de diferentes edades, niveles culturales, etc. “Trabajamos con personas muy distintas a las que hay que adaptar nuestros registros, tanto en lo asistencial, como en lo emocional. Este es nuestro signo de identidad y lo que garantiza buena parte de la satisfacción de nuestros pacientes”. Sin embargo, ese contacto cercano con el paciente y con su entorno, que está pasando por momentos difíciles, provoca que en ocasiones estos profesionales sufran una importante carga emocional.

Según explica Julio, muchas veces necesitan un ‘mantenimiento’, un apoyo que viene dado por los propios compañeros de profesión que viven situaciones muy similares y comprenden por lo que puede estar pasando su compañero. “Nosotros mismos nos ayudamos a superar los momentos difíciles y a manejar nuestras emociones, algo que, por desgracia, no se trabaja desde las gerencias de los hospitales y que habría que mejorar no solo con formación, sino con atención profesional”.

LOS DESAFÍOS

Como miembro de la SEEO, Julio cuenta que esta sociedad sirve de plataforma para que los profesionales de la oncología puedan mejorar sus conocimientos y habilidades a través de la amplia oferta de cursos y de jornadas de formación en esta especialidad terapéutica. Además, “desde el punto de vista de la investigación participamos en diversos proyectos activos sobre nutrición, seguridad en la administración de fármacos, organizamos nuestro congreso internacional cada dos años y trabajamos codo con codo con nuestros homónimos europeos, con otras sociedades españolas como SEOM, SEOR y con numerosas asociaciones de pacientes”. Nos encontramos ante un escenario en el que el paciente está cada vez más formado, con mayor facilidad de acceso a la información y en el que los profesionales de la enfermería sirven de enlace con otras especialidades, siendo la primera línea de atención con el paciente. “Los retos de nuestra profesión pasan por la necesidad de una mayor especialización tanto de conocimientos como de técnicas. Entre ellas, se encuentran las habilidades de comunicación e información, la gestión del tiempo o la resolución de conflictos. Y esta especialización no la reclamamos solamente nosotros, sino otros colectivos como las asociaciones de pacientes oncológicos y los médicos, porque sería beneficiosa para todos y no está comprendida como un cúmulo de experiencias clínicas, sino de acreditación técnica y de estudios reglados”, explica Julio de la Torre.

La formación profesional, por tanto, resulta uno de los desafíos más importantes a los que se enfrenta esta profesión, ya que se asocia a mejores resultados en salud. Tal y como explica este experto, “nuestros años de formación se complementan con la experiencia y motivación posterior, cuando tenemos la ocasión de mejorar competencias y habilidades para conseguir un tratamiento óptimo del paciente. Esto incluye aspectos muy concretos como el conocimiento sobre el cáncer y los tratamientos disponibles”.

La atención holística

El presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya, señalaba hace pocos meses, con motivo de la celebración del Día Mundial de las Enfermedades Oncológicas, que la presencia de las enfermeras en los comités multidisciplinares “mejora la calidad de vida de los pacientes con cáncer”. En este sentido, Pérez Raya recordaba que, en el proceso oncológico, desde la sospecha hasta el diagnóstico, el acompañamiento de los profesionales de enfermería aporta un valor profesional y humano, además de educación para la salud. “Ayudan a los pacientes a resolver dudas, y les capacitan tanto a ellos como a sus familias en el manejo y conocimiento de la enfermedad, así como del tratamiento y control de los efectos secundarios y signos de alarma derivados de él”. Los profesionales de la enfermería coinciden, por tanto, en que más allá del manejo clínico del paciente, es importante aplicar un modelo de asistencia integral y personalizada para los pacientes con cáncer.

Este modelo ha de incluir otros aspectos como los psicológicos, nutricionales o fisioterapéuticos que requieren la participación de más profesionales sanitarios como los terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, psicólogos o fisioterapeutas entre otros. Además, Julio de la Torre añade que en este esquema deberían contemplarse otros aspectos como la asesoría legal y laboral porque la inquietud de muchos pacientes no está en la enfermedad, sino en las consecuencias asociadas a ella. Aquí juegan un papel protagonista las enfermeras gestoras de casos en cáncer, que, según explicaba el presidente del Consejo General de Enfermería, con un enfoque holístico gestionan todos los cuidados necesarios de los pacientes, gestionan las agendas y visitas con un enfoque multiprofesional, son el apoyo y referente para el paciente en todo momento, mejorando de una forma muy considerable la calidad asistencial.

Son necesarias más evidencias para los responsables políticos sobre las áreas en las que la enfermería puede tener mayor impacto, sobre las barreras que impiden que esta profesión alcance su máximo potencial y sobre cómo abordar estos obstáculos

Un enfoque integral en el que también ha de contemplarse la figura del cuidador, una pieza fundamental en el cuidado del paciente, que también necesita ser atendido. Julio asegura que los cuidadores llegan donde los profesionales muchas veces no pueden llegar, desde la planificación de la dieta diaria del paciente, hasta la organización de un viaje; y destaca ejemplos como la escuela de padres de la Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos del Hospital Niño Jesús de Madrid, que resulta un paradigma de cuidado al cuidador.

TESTIMONIOS

Julio y el espíritu ‘Ubuntu’

Julio cuenta que cada paciente le ha marcado y que en sus primeros diez años de profesión comprendió la importancia del acompañamiento del paciente y de la familia en todo el proceso de la enfermedad y descubrió que el mejor cuidado se da a través del contacto, sentado al pie del sillón de un hospital de día. “De mi segunda etapa, tanto en el hospital de día como en la unidad de investigación y ensayos clínicos, he tenido la oportunidad de vivir historias de supervivencia de las que me llevo grandes amigos que me han ayudado mucho y me han alentado a trabajar en mi formación. Todo ello se lo debo a los pacientes”. Entre las historias que recuerda con más ternura, destaca la de un paciente militar de profesión que nunca se dio de baja; la de otra mujer con cáncer que estuvo acompañada por su familia numerosa hasta el último día y con la que aprendió el concepto básico de cuidado; o la de una madre y su hija adolescente a las que trató con quimioterapia a la vez. Todas ellas le han llevado a reafirmarse en la importancia de desarrollar el espíritu Ubuntu (palabra que proviene de las lenguas zulú y xhosa) y que define una regla ética sudafricana enfocada en la lealtad y humanidad de las personas y sus relaciones, que significa que una persona es lo que es gracias a los demás.

Pepi. Sus enfermeras, sus amigas

Pepi Masero trabajaba en un pueblo de Huelva cuando le diagnosticaron cáncer de mama. Su cirujano le dio la opción de desplazarse a Sevilla para someterse a las sesiones de quimioterapia porque su hospital de referencia es el Hospital Comarcal de Riotinto. Cuando le comentó a su enfermera Carmen que se lo estaba pensando, ella le dijo: “quédate porque aquí te vamos a cuidar”. Esas palabras marcaron a Pepi y se hicieron realidad. En el hospital de día donde me administraban la quimioterapia conoció a Manuela, Nuria y Ana Belén, la jefa de cirugía. “Pasaba muchas horas allí y he podido conocerlas como profesionales y como personas, y he aprendido lo importante que es mejorar la comunicación con las enfermeras. Me han ayudado a afrontar mis miedos y sobrellevar el día a día de la enfermedad a través de sus consejos, siempre con una sonrisa”, explica Pepi emocionada. Hoy en día Pepi sigue en tratamiento con revisiones semestrales que aprovecha para hacer una visita a sus enfermeras. Su relación ha trascendido a lo personal y hoy quedan a menudo para disfrutar de momentos de risas y diversión. Además, a través de las cuentas de Twitter @CL_CancerdeMama, @actitud_cancer y su cuenta personal @MaseroPepi, Pepi informa a las pacientes sobre el cáncer de mama y les hace llegar recursos y contenidos fiables y de calidad, conectando así a pacientes y profesionales sanitarios.

Calidez humana para Silvia

Silvia asiste cada martes a sus sesiones de quimioterapia y asegura que, desde el primer día, el trato ha sido excelente. “Comenzamos con una dinámica de grupo que nos ayudó a conocernos mejor a todos los que estamos en tratamiento”, explica. “A pesar de los nervios que siento cuando llego, las enfermeras consiguen que las tres horas que estoy allí se pasen rápido. Siento la calidez humana que nos brindan y hacen que las sesiones de quimioterapia se conviertan en procesos más humanos y llenos de energía; y su papel es fundamental durante todo el proceso que vivimos”. Además, esta paciente cuenta que siempre se muestran predispuestas, atentas y preocupadas, antes, durante y después de la administración del tratamiento. “Noto ese interés y ese amor hacia cada uno de los pacientes con los que trabajan. A veces, las personas que menos conocemos se convierten en las más cercanas y que mejor nos comprenden”.

“Los retos de nuestra profesión pasan por la necesidad de una mayor especialización tanto de conocimientos como de técnicas”

Nursing Now

Nursing Now es una campaña internacional promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) que tiene como objetivo pedir a los gobiernos, profesionales sanitarios y usuarios de los servicios que valoren más a las enfermeras y aboguen por su liderazgo para mejorar la calidad de los cuidados y la mejora de la salud de la población. La iniciativa se desarrolla durante el período 2018-2020 y persigue también mejorar la salud de la población mediante la potenciación de las competencias y las actividades de esta profesión esencial para los sistemas sanitarios y que desempeña un papel crucial, tanto en la promoción de la salud como en la prevención, el tratamiento y los cuidados, representando casi la mitad de los trabajadores sanitarios en todo el mundo.

Estos son algunos de los objetivos que marca Nursing Now para este año:

• Mayor inversión para mejorar la educación, el desarrollo profesional, las normas, la regulación y las condiciones de empleo para las enfermeras.

• Mayor y mejor difusión de prácticas efectivas e innovadoras en enfermería.

• Mayor participación de las enfermeras en las políticas de salud global.

• Más enfermeras en puestos de liderazgo y más oportunidades de desarrollo en todos los niveles.

• Más evidencias para los responsables políticos sobre las áreas en las que la enfermería puede tener mayor impacto, sobre las barreras que impiden que esta profesión alcance su máximo potencial y sobre cómo abordar estos obstáculos.

• Unos objetivos que concuerdan con las propuestas de enfermería en liderazgo profesional, innovación, influencia política, formación y toma de decisiones para contribuir a la salud universal.